En el dinámico mundo de la gestión de talento, solemos enfocarnos en el agotamiento por exceso de trabajo, el temido burnout. Sin embargo, existe un fenómeno igualmente pernicioso, aunque a menudo silencioso, que puede erosionar la productividad y el compromiso de nuestros colaboradores: el síndrome de Boreout.
Este síndrome, acuñado por los consultores suizos Philippe Rothlin y Peter R. Werder, describe una condición psicológica causada por la falta crónica de desafíos significativos, tareas monótonas y la sensación de inutilidad en el trabajo. Lejos de la sobrecarga, el boreout surge de la infra estimulación intelectual y la ausencia de propósito. Como profesionales de recursos humanos, es crucial comprender sus manifestaciones, impactos y cómo abordarlo para mantener equipos saludables y empresas prósperas.
Fortalezas ocultas bajo la monotonía
Paradójicamente, las personas que experimentan boreout suelen poseer fortalezas significativas que la falta de desafío mantiene latentes:
- Capacidad intelectual: a menudo son individuos inteligentes y capaces que se sienten frustrados por la simplicidad de sus tareas. Su potencial para abordar problemas complejos y aprender rápidamente se ve desperdiciado.
- Atención al detalle: en un intento por encontrar algún tipo de estimulación o por el miedo a cometer errores en tareas repetitivas, pueden desarrollar una meticulosa atención al detalle.
- Paciencia y perseverancia: aunque paradójico, soportar la monotonía requiere cierto grado de paciencia y perseverancia. Estas cualidades podrían canalizarse hacia proyectos más demandantes.
- Potencial creativo: la mente ociosa, en algunos casos, puede generar ideas creativas. Sin embargo, la falta de oportunidades para implementarlas conduce a la frustración.
Debilidades que merman la productividad
A pesar de sus fortalezas latentes, el boreout inevitablemente genera debilidades que impactan negativamente al individuo y a la organización:
- Desmotivación crónica: la falta de interés y propósito conduce a una profunda desmotivación, afectando la calidad del trabajo y la iniciativa.
- Baja autoestima: sentirse inútil y subestimado erosiona la confianza en sí mismos y en sus capacidades profesionales.
- Procrastinación y apatía: la falta de tareas estimulantes fomenta la postergación y una actitud apática hacia el trabajo.
- Absentismo y rotación: el aburrimiento extremo puede llevar al ausentismo frecuente y, finalmente, a la búsqueda de un entorno laboral más estimulante.
- Comportamientos disfuncionales: en un intento por sobrellevar el tedio, algunos pueden desarrollar comportamientos contraproducentes como la navegación excesiva en internet, chismes o incluso conflictos interpersonales.
Impacto en equipos y empresas
Las consecuencias del boreout trascienden al individuo, afectando significativamente a los equipos de colaboradores y a la empresa en general:
- Disminución de la productividad general: un equipo con miembros desmotivados y apáticos inevitablemente experimentará una reducción en la productividad y la eficiencia.
- Contagio de la desmotivación: el descontento de un empleado con boreout puede ser contagioso, afectando el ánimo y la motivación de sus compañeros.
- Deterioro del clima laboral: un ambiente donde algunos se sienten infrautilizados puede generar resentimiento y un clima laboral negativo.
- Pérdida de talento valioso: la rotación de empleados con potencial debido al boreout representa una pérdida significativa de inversión en talento y conocimiento para la empresa.
- Innovación sofocada: la falta de desafíos y la sensación de que las ideas no son valoradas pueden sofocar la creatividad y la innovación dentro de la organización.
Estrategias de RH para fomentar el cambio:
Como expertos en recursos humanos, tenemos la responsabilidad de identificar y abordar el boreout. Aquí hay algunos mecanismos para crear planes efectivos y convencer a los empleados afectados de cambiar su situación:
- Detección temprana: implementar encuestas de clima laboral y entrevistas individuales que exploran no solo la carga de trabajo, sino también el nivel de desafío y satisfacción con las tareas. Prestar atención a señales como la disminución repentina del rendimiento, el aumento del ausentismo o comentarios sobre la monotonía.
- Diálogo abierto y empático: iniciar conversaciones honestas y sin juicio con los empleados que puedan estar experimentando boreout. Escuchar activamente sus preocupaciones y validar sus sentimientos de frustración.
- Identificación de habilidades y aspiraciones: explorar las habilidades no utilizadas y las aspiraciones profesionales del empleado. Muchas veces, el boreout surge de la desconexión entre las capacidades del individuo y las demandas de su puesto actual.
- Asignación de proyectos desafiantes: buscar oportunidades para enriquecer sus roles con tareas más complejas, responsabilidades adicionales o participación en proyectos que requieran sus habilidades latentes. Esto puede revitalizar su interés y compromiso.
- Fomento de la autonomía y la participación: brindar mayor autonomía en la forma en que realizan su trabajo y fomentar su participación en la toma de decisiones relacionadas con sus tareas. Sentirse valorado y con control puede aumentar significativamente su motivación.
- Reconocimiento y valoración: reconocer y celebrar sus logros, incluso en tareas que puedan parecer pequeñas. Esto refuerza su valor dentro de la organización y contrarresta la sensación de inutilidad.
Abordar el síndrome de boreout no solo beneficia al empleado afectado, sino que también fortalece a la organización en su conjunto. Al liberar el potencial oculto de nuestros colaboradores y crear entornos de trabajo estimulantes, fomentamos la innovación, la productividad y la retención de talento. Como líderes de recursos humanos, nuestra atención a este silencioso enemigo del compromiso es fundamental para construir equipos resilientes y empresas exitosas.